25 oct 2014

CONTRALUZ 31. (AFCN). "DEL REALISMO FICTICIO A LA FICCIÓN DE LA REALIDAD (2)".























DEL REALISMO FICTICIO A LA FICCIÓN DE LA REALIDAD. (2)

Comentaba en la primera entrega de este texto, (Contraluz nº 27, en su anterior formato), que desde sus comienzos, la imagen fotográfica ha sido sometida a todo tipo de intervenciones y manipulaciones, fueran estéticas, creativas o de corte político.
Si retrocedemos en el tiempo podemos contemplar cómo los fotógrafos rusos, fieles al régimen estalinista, eran unos maestros en hacer desaparecer de las fotografías oficiales a personas non gratas, (acordes con su caída en desgracia, cuando no su desaparición física, incluso) pervirtiendo así ostensiblemente la realidad registrada por la cámara sin que se apreciara su manipulación. Conscientes o no de que lo que hacían era fotomontaje puro y duro, más cercano a lo chusco que a la sutileza, sabían perfectamente los efectos que debían lograr para transmitir su mensaje.
Fue el fotomontaje, el arte ejercitado con gran éxito también en las dictaduras fascistas de la època (Hitler, Mussolini, Franco,)  de las que existen también expresivos ejemplos gráficos. Junto con la conocida frase goebbelsiana de que “una mentira repetida adecuadamente mil veces se convierte en una verdad”,  se conforma el bloque visual y argumental perfecto para convertir la realidad política y social en un gran engaño, según conviniera. A veces, incluso, engaño convincente. O dicho de otra forma, se hacía del engaño una nueva realidad. La adicta al régimen. Nada nuevo bajo el sol, porque ésta idea perfectamente ejercida, disfruta hoy de gran predicamento entre conocidos dirigentes de la farándula política, cuando repiten hasta el aburrimiento sus grandes verdades y promesas para después convertirlas en soberbias mentiras, sin que a nadie con una mínima vergüenza ética se le mueva un pelo. Y sin fotomontaje ilustrativo.

Por ir a ejemplos concretos, en este campo del fotomontaje se podrían citar algunos (Alexander Rodchenko, El Lissizky,) perfectamente representativos. Destaco uno de ellos, imprescindible:  John Heartfield, (1891-1968). Llamado realmente Helmut  Herzfeld, proviene junto con Raoul Hausmann, Hannah Höch y George Grosz del mundo dadaísta berlinés, movimiento surgido tras la Primera Guerra Mundial. Trabajarán, especialmente Heartfield, con la práctica del fotomontaje y el collage como arma política y medio artístico de expresión buscando “la destrucción revolucionaria de la cultura burguesa”. No se trataba tanto de buscar con esta práctica una expresión estética, sino de provocar una reacción intelectual, cuando no social, a través de la publicación de sus imágenes en la revista A-I-Z.  Heartfield utilizará el fotomontaje como un medio muy crítico y directo de lucha contra el auge del nazismo y la amenaza de la guerra. Su parangón hispano lo tenemos en Josep Renau (Valencia 1907-Berlín 1982).

En el espacio del fotomontaje, llamémosle artístico, destacaría a Jerry N. Uelsmann (Detroit, 1934). Fotógrafo estadounidense, es conocido por sus fotomontajes de gran imaginación y creatividad, en los que muestra unos mundos oníricos cargados de poesía a partir de composiciones que combinan múltiples negativos. Aporta un carácter surrealista en sus fotografías combinando árboles, rocas, edificios, figuras humanas y fragmentos de paisajes. Antes de entrar al laboratorio analiza con atención las hojas de contacto de los negativos para encontrar “yuxtaposiciones frescas e innovadoras”.[] Su trabajo en la cámara oscura le ha hecho utilizar en algún caso hasta doce ampliadoras para trabajar en ellas una tras otra.
Entre sus profesores figuran Minor White y, años más tarde,  Henry Holmes Smith,  [] reconociendo a Oscar Gustav Rejlander, citado en el artículo anterior, como a una de sus más notables influencias.
[]También el fotomontaje ha contribuido desde sus orígenes, a definir e integrar una parte de la Historia de la fotografía, con una aportación singular para descontextualizar de su entorno diversos fragmentos de realidad y formar una nueva realidad inventada.
Lazslo Moholy-Nagy, (1895-1946), pintor y fotógrafo húngaro instalado en Alemania, profesor de la Bauhaus, gran investigador y estudioso del medio fotográfico, argumentaba que “el enemigo de la fotografía es la convención. Su salvación viene del experimentador que se atreve a llamar “fotografía” a cualquier resultado con medios fotográficos, con cámara o sin ella”.

Si a través del fotomontaje y otros sistemas precarios, la realidad fotográfica es alterada intencionadamente, con una técnica prácticamente artesanal, para transmitir un mensaje visual claro y directo que incluye connotaciones de diversa especie, (políticas, oníricas, fantásticas, transgresoras), es evidente que con los nuevos y poderosos procedimientos digitales se ha encontrado un nuevo mundo para mostrar y revelar.
Y ahora que la imagen puede ser manipulada electrónicamente, se está comenzando a cuestionar ese criterio de autenticidad otorgado al medio fotográfico, como prueba testimonial de la realidad que existe al otro lado de la cámara. La tecnología digital despoja a la fotografía de su legado de verdad y rompe esa conexión indisoluble hasta ahora con su referente.
Hay estudiosos que vaticinan la muerte de la fotografía tal y como la hemos conocido hasta hoy, para dar paso a una era post-fotográfica, donde lo real y lo irreal comienzan a mezclarse indisolublemente abriendo insospechados caminos a la creatividad, a la imaginación y, en definitiva, a seguir jugando entre la ficción y la realidad.

         Paco Ocaña.
         2009-2013.


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