Leyendo un
libro sobre teatro de Naftole Bujvald,
encuentro algunos párrafos interesantes a propósito de la forma de dirigir a
los actores y otras historias, que vienen a cuento sobre esas conversaciones de
urgencia que a veces se producen en los ensayos. Participo casi plenamente de
los argumentos que aquí se citan y me parece interesante transcribirlos porque
describen perfectamente algunos de los problemas con los que frecuentemente,
como director, me he encontrado.
“El problema de la
actitud del director hacia los actores es fundamental en el teatro. Existen
directores que admiten en el actor condiciones de un artista creador, quien por sí mismo habrá de elaborar su papel y
darle una interpretación peculiar. Otros consideran al actor como un instrumento pasivo, que no debe ni ha
de tener voluntad propia, ni tampoco expresión interior personal. Entre estos
dos extremos, en lo referente a dirección, se encuentran toda clase de
combinaciones y gradaciones en cuanto a conceptos mecánicos y creativos acerca
de la labor del intérprete.
“La actitud del actor,
ya sea como un artista creador capaz de atraer la atención de la audiencia
mediante sus propias emociones o ya sea como un técnico que tan sólo ha de
efectuar ciertos movimientos de voz y cuerpo para influir en los espectadores,
es en realidad, una expresión del eterno problema acerca de actuar formal o
vivencialmente. El partido tomado por el director en este problema influye en
toda la representación, en tanto el adquirido por el actor influye en su propio
papel.”
“No todos los directores
trabajan con sus actores en sus personajes según el mismo método. Max Reinhardt muestra a sus actores
cómo actuar sus papeles. Les da la entonación, les señala el gesto exacto y
emplea mucho tiempo en obtener de sus actores el tono y el gesto justos. Sin
embargo, no todos los directores son grandes intérpretes que puedan mostrarle a
otros cómo hacer un papel. Para actores principiantes quizás resulta más fácil
copiar al director. La labor de crear un papel por su propio esfuerzo es mucho
más difícil y complicada y es éste el mejor modo de trabajar un papel.”
“En los espectáculos de
Reinhardt existen perfectos momentos interpretativos…, porque elige buenos
actores que saben llevar a cabo las indicaciones del director agregando su
impulso creador original.
Al contrario, cuando a
un director le toca trabajar con actores de escasa escuela y pobres
condiciones, el método de señalarles
lo que han de hacer redunda a favor de estos actores y en beneficio de la
representación. Los actores de escasas condiciones, por más que se argumente
con ellos, nunca podrán por su propio esfuerzo sacar adelante un papel, como lo
quiere el director; pero cuando se les indica lo esencial, se les da la entonación
justa, pueden imitarla y aprenderla
de manera que produzca el efecto necesario. Igualmente, un buen director ha de
saber trabajar simultáneamente según los dos métodos: sea dejando al actor en
libertad de crear su papel o enseñándole la tarea.”
Desde esta
lectura algunos compañeros actores podrán entender mejor ciertas cuestiones que, en el transcurso del montaje de una obra, hemos tenido que abordar.
Noviembre, 2012.
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